Las dietas son quizá el recurso más popular al que recurren las personas que quieren disminuir sus medidas, el riesgo aparece con ciertas dietas que resultan novedosas, pero que en realidad no tienen efecto.
Valeria Ontaneda encontró en una página web la dieta del helado de vainilla y enseguida le sonó atractiva. Por tres días debía consumir media taza de helado de vainilla en las noches, claro que durante el resto de días debía mantener un régimen especial de alimentación. “Nunca funcionó, tal y como lo sospeché cuando la encontré en internet”, cuenta Valeria.
La pérdida de peso depende del balance entre el consumo de calorías y el gasto de estas. Se debe desconfiar de aquellas dietas que ofrecen resultados dramáticos, que no tienen bases científicas y más que nada, que son muy mediatizadas. La dieta South Beach, por ejemplo, puede resultar peligrosa por el bajo nivel de carbohidratos que recomienda.
Estas dietas tal vez puedan resultar efectivas por un tiempo, pero en realidad no están eliminando grasa del cuerpo. Quienes padecen del síndrome yo-yo sentirán que después de bajar de peso, este se recupera fácilmente.
Un dieta es buena siempre que se la entienda cómo una mejoría en nuestros hábitos alimenticios y además es más eficaz cuando se la complementa con ejercicio físico.
