Son varios los peligros de los rayos solares, entre ellos están las quemaduras. Aunque el sol es necesario para la producción de vitamina D, la exposición prolongada puede ser muy perjudicial, sobre todo para pieles claras.
Tras una quemadura, las células de la piel quedan lesionadas, lo que contribuye a su envejecimiento y a la presencia de manchas y arrugas. Además, el cáncer de piel está directamente relacionado a la cantidad de sol que hemos recibido en nuestra juventud.
Las quemaduras de sol pueden ser de primero o segundo grado. A veces la piel tal solo se enrojecerá y se regenerará después de un par de días. Pero también se pueden llegar a formar doloras ampollas que demoran más en sanarse y sufrir de una fiebre y deshidratación por la insolación.
Ciertos medicamentos, como tratamientos para el acné o anticonceptivos pueden hacer que la piel se vuelva más sensible y vulnerable a quemaduras. Para tratar una quemadura es recomendable utilizar lociones de aloe vera y sábila y tomar un analgésico que ayude a disminuir el ardor.
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