La diferencia entre ambos es que el té verde está hecho a base de hojas frescas sin fermentar, mientras que el negro se hace con hojas secas que se dejan fermentar. También encontramos los tés rojos, semi fermentado, hecho con hojas que se dejan secar por un periodo breve. (ver enlace)
El té rojo refuerza el sistema inmune, facilita la digestión, ayuda a obtener un bronceado más natural e incluso se lo recomienda para casos de depresión. (ver enlace)
Uno de los mayores beneficios del té es que actúa como antioxidante. Cuando en el cuerpo quedan radicales libres de oxígenos produce oxidación celular. Este proceso degenera las células de nuestro cuerpo porque no permite que se renueven y funcionen correctamente. La oxidación celular tiene relación con problemas respiratorios, envejecimiento precoz e incluso cáncer.
Esta bebida es también un estimulante porque como el café contiene cafeína, aunque en menor nivel. Incluso el té es beneficioso para la salud dental por poseer fluoruros.
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